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Gorgeous!  

ulteriusemper 54M
9 posts
10/15/2018 5:25 am
Gorgeous!

Jacksonville es un lugar de la Florida de contrastes en perfecta DESarmonía. Parece un sitio civilizado, pero si asomas la nariz a través de la verja de tu urbanización descubres que vives en medio de la selva. Su playa parece uno de esos reinos de las barbies pero si entras en cualquier garito a tan solo algunas millas hacia el interior descubres que todos se te quedan mirando y que el ambiente se puede cortar a cuchillo, como en las pelis.

La larga ducha del gimnasio no me sirvió de nada, era una noche húmeda y pegajosa y con el stress del deporte nada mas salir arranque de nuevo a sudar. Apenas había dado los primeros pasos hacia mi coche que ya tenía la camiseta y los vaqueros pegados, marcándome el cuerpo hinchado y estresado por el esfuerzo.

Cuando iba a medio camino me crucé con un par de chicas y me fijé que una de ellas me estaba mirando de arriba abajo, con descaro. Era delgada con una cabellera rubia y lacia hasta la cintura, guapísima y muy joven. Bien podía haber sido una de las barbies pijas de la playa, pero por la forma de vestir la encajaba más en uno de esos garitos del interior.

Cuando me sobrepasó todavía pude ver por el rabillo del ojo como se giraba y me miraba el culo. Aquí debo decir que tengo un culo que, por mas que adelgace, por mas kilómetros que corra, siempre es respingón, a lo Jennifer López. Ya estoy muy acostumbrado a que me lo cojan en lugares oscuros o bulliciosos, ¡que le vamos a hacer!, cosas de la genética.

Y entonces escuché esa palabra, ó algo así:
“gorges”
como alargando la ‘o’ y con la segunda “g” sorda, como en catalán.
Ni idea de qué me había dicho.

Al día siguiente se lo comenté a mis compañeros americanos que me decían: “¿y de verdad te dijo eso una chica?”, y yo por enésima vez: “si, mientras me miraba el culo, ¿qué significa?”, finalmente entre risas y con cara de evidente envidia me lo escribieron en un papel: “GORGEOUS”. Apresuradamente lo busqué en el diccionario:

precioso, guapísimo, magnifico, esplendido, divino

Ya llevaba 4 meses en Estados Unidos y el colmillo se me había retorcido hasta ir arañando las baldosas, pero creo que en eso momento las perforé. No falté ni un solo día al gimnasio a la misma hora, hasta que al tercer día…, ahí estaba de nuevo, sentada sobre su ranchera en el aparcamiento en compañía de su amiga, me acerque y solo le dije:

“Gorgeous?”, con tono de pregunta.

Sin sacarse la pajita de la coca-cola de la boca hizo girar el dedo índice como indicándome que me diera la vuelta, cuando estuve de espaldas se bajó del capó de un salto, me cogió el culo con las dos manos y clavando su cabeza en mi nuca me mordió la oreja al tiempo que me cubría con su cabellera y decía “uuuhhhmmm”.

Se vino en mi coche y fuimos a un par de sitios, estaba absorto con su belleza, tanto como para pasar por alto lo intranscendente de su conversación, estaba alocada, y yo seguía sin saber en que extremo catalogarla: ¿barbie?, ¿country?...

Cuando ya viajábamos a por el tercer garito se quedó mirando el anillo de mi mano sobre el volante, y con un tono de voz muy distinto preguntó: “¿estas casado?”, “si” respondí. Desde ese instante se quedó como petrificada y veía mucho enfado en su cara. En aquel momento comprendí que aquella chica quería bastante más de mí. Continué conduciendo en silencio sin saber hacia donde, ella era mi guía y continuaba muda. Hasta que pasados unos minutos dijo: “ve a tu casa”, con voz de profundo cabreo.

Sin mediar una palabra mas llegué a casa, en cuanto abrí la puerta entró apresuradamente, buscó el dormitorio y empezó a desvestirse, cuando iba por la mitad por fin rompió el silencio para decir: “a que esperas”, por que yo estaba traspuesto observándola.

Acabó de desnudarse mucho antes que yo, tenía unos pechos grandes, duros, que contrastaban con su exquisita delgadez, pero estaba tan cabreada que ni me atrevía a mirar con descaro hacia abajo. Apenas me senté en la cama me empujó hasta tumbarme se puso encima de mi, de rodillas, erguida y en tres cuidadosos pero decididos golpes ya se la había clavado por completo. Noté que ya venía excitada, mojada, dilatada, y todo eso sin ponerle un dedo encima.

Creo que tuvo un primer orgasmo como apresurado, discreto, de alivio, pero tampoco podría asegurarlo por que si apenas hubo cambios de ritmo y yo estaba hipnotizado viendo aquel cuerpo completamente blanco y perfecto bailando sobre mí. A medida que pasaba el tiempo fue suavizando las facciones y empezó a mezclar palabras con sus gemidos, aunque solo decía: “good, very good”.

Por fin me atreví a tocarla, me tenía loco su vello púbico, tenía muchísimo, ‘hairy’ como dirían allí, pero al tocarlo sentí que era extremadamente suave, como el pelo de un bebé. Y seguimos así hasta que ella se corrió, esta vez fue tan bestial que hasta me asusté, sobretodo por que después se desplomó sobre mí sin percatarme siquiera que en ese momento ya estaba dormida, yo todavía di un par de golpes mas buscando apresuradamente mi orgasmo. Fue tan surrealista que al echarla a un lado se me antojó comprobar si respiraba, ¡por si acaso!

A la mañana siguiente la dejé durmiendo y cuando volví encontré una nota con una dirección. Me duché y fui hacia allí. Llamé y me abrió un chico de casi 2m superdelgado y con una cara de fumao que no podía con ella. Dejó la puerta abierta y se perdió en una habitación. Había un sofá con otro tío dormido y ella estaba también dormida en otro sofá, y todo eso en medio de un tremendo olor a maría. Ya un poco más despacio miré a mi alrededor y comprendí que estaba en un ambiente de surferos.

Solo llevaba la braguita del<b> bikini </font></b>y una camiseta, me senté a su lado y le aparté el pelo de la cara, sin abandonar su trance de marihuana protestó con un gruñido. No pude evitar descender mi mano antes de largarme, pero al llegar a sus pechos vi que no protestaba y cuando clavé la mano dentro del<b> bikini </font></b>enmarañando mis dedos por aquel suavísimo vello levantó el culo en clara señal de reclamar un orgasmo. La masturbé hasta que se corrió, de nuevo casi lo hizo todo ella, no paraba de moverse y todo sin salir de su trance. Al terminar estaba tan relajada que esta vez si que parecía dormida de verdad.

Después de esto desaparecí y ya nunca mas nos vimos…, aquel no era mi mundo.
Por cierto, desde aquella noche nunca más he vuelto a llevar el anillo.

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